“Cualquiera que sea tu historia, bienvenido. Has emprendido un largo viaje hacia la honestidad sexual y la revelación personal. Puede ser un camino arduo, pero es el único modo de conseguir lo que deseas. En el decurso, te parecerá que hay un montón desalentadoramente grande de conocimientos que aprender; no te deseanimes. El Amo más perverso del mundo, la Dómina más imaginativa, empezaron igual que tú hoy: curiosos, excitados y algo inseguros.”
Pat Califia,
“SM. Los secretos del sadomasoquismo”

domingo, 18 de noviembre de 2012

Literatura y orgasmos

El fotógrafo Clayton Cubitt monta una interesante exploración de las relaciones entre la mente y el cuerpo, de los límites de dominio de uno sobre otro, al filmar a mujeres que leen literatura erótica o sensual mientras un misterioso artificio (un hermoso Hitachi Magic Wand)  las estimula hasta el orgasmo.

En Occidente, la relación entre mente y cuerpo se ha construido, casi desde el inicio, como una oposición, como dos entidades en conflicto perpetuo en la que una busca el dominio de la otra. El autocontrol, una de las nociones más características de la cultura amplia a la que pertenecemos, se refiere a la soberanía de la mente sobre esa “cárcel del alma”, ese vehículo pasajero de una materia que se cree imperecedera.

Entre las muchas expresiones que encuentra esta rivalidad, una poco explorada es la del retrato. En efecto, cuando una persona se prepara para ser retratada —pictórica o fotográficamente— obliga a su cuerpo a mantener una posición, a sujetarse al imperio de la mente, justamente para preservar algo de esa esencia que, se cree, es la verdadera cifra de una persona.

Partiendo de ambas premisas, el fotógrafo de origen estadounidense Clayton Cubitt realize un experimento singular: puso a leer a tres mujeres lecturas que se consideran sensuales o francamente eróticas: Leaves of Grass, de Walt Whitman; Necrophilia Variations, de Supervert y Still Life with Woodpecker, de Tom Robbins; con la adición de un mecanismo misterioso que mantenía perpetuamente estimulada la zona genital de la lectora, o al menos hasta que esta alcanzara el orgasmo (lo cual marcaba el fin del experimento).

Entre otros propósitos, Cubitt buscó explorar esas zonas límite donde la mente ya no alcanza a gobernar el cuerpo, a pesar de todas las directrices, mandatos y órdenes que se le dirigen:

Es muy interesante escuchar lo que estaba pasando por sus mentes conforme perdían el seguimiento de lo que leían y su cuerpo se dejaba vencer. Ellas aseguran que se volvió un trance casi religioso, y fue común que no recordaran la última mitad de lo que leyeron.

Por otro lado, como una preocupación de índole estética, el fotógrafo recurrió también a la noción de retrato, en la cual, como dijimos antes, se vuelve imprescindible la quietud motriz regulada por la mente:

Por mucho tiempo he estado fascinado con el concepto de control y autenticidad en el retratro, especialmente en estos tiempos modernos de marketing personal, autorretratos de Facebook y documentación incesante de sí de Instagram. ¿Qué se deja a los retratados para revelar? ¿Cómo podemos atravesar hacia algo real? Así que tuve varios proyectos relacionados con la distracción del modelo de sus poses practicadas hacia algo más cercano a la realidad, aunque sea una chapa artificialmente diseñada de la misma.


"La imagen en negro y blanco comienza con una mujer sentada en una mesa con un libro delante de ella. Ella mira a la cámara y dice su nombre, el nombre del libro y comienza a leer. Parece que está abrumado por las palabras - hay un temblor leve, una sonrisa, un enderezamiento de la espalda, una respiración desesperada -. Y ella lucha para seguir leyendo "




Tomado de http://pijamasurf.com/2012/09/el-placer-de-la-lectura-llevado-al-orgasmo-mujeres-leen-mientras-son-estimuladas/
 you tube
http://claytoncubitt.tumblr.com/

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