“Cualquiera que sea tu historia, bienvenido. Has emprendido un largo viaje hacia la honestidad sexual y la revelación personal. Puede ser un camino arduo, pero es el único modo de conseguir lo que deseas. En el decurso, te parecerá que hay un montón desalentadoramente grande de conocimientos que aprender; no te deseanimes. El Amo más perverso del mundo, la Dómina más imaginativa, empezaron igual que tú hoy: curiosos, excitados y algo inseguros.”
Pat Califia,
“SM. Los secretos del sadomasoquismo”

miércoles, 13 de marzo de 2013

Diario de ella y de él




Diario de ella

El sábado por la noche lo encontré raro.

Habíamos quedado en encontrarnos en un bar para tomar una copa. Estuve toda la tarde de compras con unas amigas y pensé que era culpa mía porque llegué con un poco de retraso a mi cita, pero él no hizo ningún comentario.

La conversación no era muy animada, así que le propuse ir a un lugar más íntimo para poder charlar más tranquilamente. Fuimos a un restaurante y él seguía portándose de forma extraña.

Estaba como ausente. Intenté que se animara, y empecé a pensar si sería por culpa mía o por cualquier otra cosa. Le pregunté y me dijo que no tenía que ver conmigo, pero no me quedé muy convencida.

En el camino para casa, en el coche, le dije que lo quería mucho y él se limitó a pasarme el brazo por los hombros, sin contestarme. No sé cómo explicar su actitud, porque no me dijo que él también me quería, no dijo nada y yo estaba cada vez más preocupada.

Llegamos por fin a casa y en ese momento pensé que quería dejarme. Por eso intenté hacerle hablar, pero encendió la tele y se puso a mirarla con aire distante, como haciéndome ver que todo había terminado entre nosotros. Por fin desistí y le dije que me iba a la cama.

Más o menos diez minutos más tarde, él vino también y, para mi sorpresa, correspondió a mis caricias e hicimos el amor, pero seguía teniendo un aire distraído. Después, quise afrontar la situación, hablar con él cuanto antes, pero se quedó dormido. Empecé a llorar y lloré hasta quedarme adormecida. Ya no sé qué hacer.

Estoy casi segura de que sus pensamientos están con otra. Mi vida es un auténtico desastre.


Diario de él

Ayer perdió el Atleti. Por lo menos follé.


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