“Cualquiera que sea tu historia, bienvenido. Has emprendido un largo viaje hacia la honestidad sexual y la revelación personal. Puede ser un camino arduo, pero es el único modo de conseguir lo que deseas. En el decurso, te parecerá que hay un montón desalentadoramente grande de conocimientos que aprender; no te deseanimes. El Amo más perverso del mundo, la Dómina más imaginativa, empezaron igual que tú hoy: curiosos, excitados y algo inseguros.”
Pat Califia,
“SM. Los secretos del sadomasoquismo”

martes, 9 de abril de 2013

Entrevista a Shopie Morgan



Susto con gusto

07.04.13 - ISABEL IBÁÑEZ

http://panorama.laverdad.es/sexo/6323-susto-con-gusto



En las consultas sexológicas, las mujeres hablan de las sombras de Grey, confiesan que copian las prácticas más light, que compran esposas y se dejan atar y azotar. Les 'pone' la sumisión. Todo responde a una moda... lectora

Finalmente, cuando sentí que tenía el culo al rojo vivo, paró. Experimenté una oleada de alivio, hasta que me di cuenta de lo que esto significaba. Tom dejó que la tensión se prolongara antes de asestarme el golpe final (...) Estaba temblando, y cuando la palmeta contactó con la carne y el impacto reverberó en el aire, solté un alarido (...) Rompí en sollozos de dolor, pero también de alegría por haber soportado el castigo». Cosas como ésta son las que millones de mujeres (y hombres) se han lanzado a leer con devoción, a la vista de las ventas de libros de temática sadomaso, en todo el mundo. En este caso, se trata de un extracto de la novela 'Diario de una sumisa', escrito por Sophie Morgan, seudónimo de una periodista británica de 33 años. Se suma al éxito de la trilogía '50 sombras de Grey'. Nada nuevo sin embargo; en 1954, la escritora Pauline Réage firmaba bajo ese nombre falso 'Historia de O', que revolucionó una sociedad mucho más cerrada que la actual. Libros de contenido erótico centrados en prácticas sadomasoquistas englobadas en el concepto BDSM: Bondage (ataduras), Disciplina (azotes eróticos), Dominación y Sumisión, y Sadomasoquismo (donde placer va unido a dolor). Hasta hace poco aparecían catalogadas como enfermedades mentales.

La autora de 'Diario de una sumisa' explica a este periódico que se decidió a compartir sus experiencias «porque pese a que hay una gran cantidad de BDSM en la cultura popular, siempre se habla de cuero, cadenas y látigos, y nada de eso era real para mí. Nadie explica que esto puede ser parte de una relación sana y amorosa y de una vida 'normal'. Sé que para algunos esto es difícil de entender, pero me gustó el desafío de explicar por qué funciona para mí».

- ¿Se llega a estas prácticas cuando el sexo tradicional ha perdido interés?

- Para mí es parte de una relación sexual más amplia. A veces mi novio y yo tenemos sexo tradicional. En otros momentos, si uno de nosotros está cansado, no tenemos ningún sexo. BDSM es solo una parte de lo que hacemos.

- ¿Lo que más le 'pone'?

- Una 'paliza' en su forma más sencilla, a mano. Solos, mi pareja, yo y la mano, algo íntimo y encantador, aunque depende de mi estado de ánimo. Eso sí, nada ilegal o que pudiera dejar cicatrices permanentes o daño emocional.

- ¿Ha sentido miedo alguna vez?

- Sí, pero no miedo real, es como estar en la montaña rusa, en realidad sabes que estás a salvo y no pasará nada.

No se dio cuenta de que era sexualmente sumisa hasta sus últimos años de adolescencia, aunque «desde una edad temprana» ciertas cosas le fascinan: «ver a alguien atado o cautivo en la televisión me parecía muy interesante y encendía mi imaginación». Fue algo más tarde cuando tuvo su primer contacto de este tipo: «Con un novio de la universidad, una paliza relativamente sencilla. Cuando el dolor comenzó y la adrenalina y las endorfinas actuaron supe que eso era algo para mí». En nada se parece a las sombras de Grey: «Tal vez porque mi novio no tiene helicóptero y no me regala iBooks ni Blackberries». «Mi vida es simple, no tengo problemas psicológicos ni una infancia triste detrás, llevo una vida normal», dice.

Sin embargo, Lurdes Lavado, sexóloga y psicóloga del centro Albora-Bide, trata a muchos pacientes que se sienten mal por tener estos gustos, «tanto ellas como ellos, y curiosamente el sentimiento de culpa es más grande en los dominados, que no hacen daño a nadie, pero ven raro que les guste que los aten y los humillen». La experta señala que lo primero es transmitirles tranquilidad, «y luego hay que ver de dónde nace esta tendencia a querer ser sometidos; si viene de un sentimiento de culpa que quieren expiar a través del sexo, como autocastigo. Porque siempre hay algo detrás. Las cosas no son porque sí». También genera problemas en los sádicos: «En ellos el ansia de castigar puede venir porque han sido castigados y de este modo adquieren un poder que no tienen en su vida. O quizás ahora sí pero en otras épocas no. Otros se sienten mal porque están enamorados de la otra persona y ven que la hacen daño».

Es difícil llegar a saber qué porcentaje de población practica BDSM, pero la sexóloga apunta a que podríamos hablar de menos del 20%, incluyendo aquí desde el que solo probó una vez hasta el que lo hace siempre, desde un azotito en el culo hasta peligrosas prácticas de asfixia.

- ¿Se trata de un juego sexual sin más?

- Sí, siempre que la integridad física esté garantizada, si no, es una práctica autodestructiva. Aquí el grado sí importa. Porque todos somos un poco sados, un poco masos, un poco 'voayeurs', pero los juegos de asfixia son otra cosa.

En su consulta, las mujeres le hablan de '50 sombras de Grey'. «Es una moda... lectora. Las mujeres se están atreviendo a leer novela erótica, y muchas nos hablan de las sombras de Grey. Las que lo han leído han querido plagiar algún juego de forma light, han comprado esposas y bridas y se han dejado atar o han atado. Han dado un azote en el culo a sus parejas o han permitido que se lo den. Y la mayoría de las parejas les han seguido. Los menos se han escandalizado en un primer momento, pero por lo general después han jugado», responde la sexóloga. Utilizan el libro en sus terapias: «Aunque se repite un montón y tiene unas historias que no son creíbles, a las mujeres les despierta el deseo que tenían dormido y piden más marchilla, cosa que no está mal». Pero ¿qué es lo que les 'enciende'? «La dominación. Eso sí, nosotros diferenciamos entre agresividad y violencia. La sexualidad es agresiva pero no debe ser violenta; la violencia es no consensuada y no busca el placer del otro. A las pacientes no las pone que el tío les diga 'ahora date la vuelta' sino que él se la dé con fuerza, pero sin violencia. Las erotiza un hombre dominante porque supone que les da seguridad, que es fuerte y que así las va a proteger. A todas les gusta esa sumisión voluntaria. Hay una frase de 'Historia de O' muy buena: 'el susto, con gusto'. No debemos olvidar que el poder real lo tiene el sometido, que es quien dice sí o no».

Hablamos de mujeres, pero igualmente ellos pueden disfrutar siendo sumisos. Aunque esto provoca más problemas. Habla la periodista Sophie Morgan: «Hay un montón de hombres sumisos, pero los prejuicios suelen ser mayores porque se considera 'impropio' en un varón». Lurdes Lavado añade que cuando son ellos quienes tienen «el papel de 'maso', lo llevan más al extremo, se someten más, llegan a que les orinen encima, les defequen, les peguen... Las chicas por lo general no».

«Sadomaso de Disney»

El escritor Luisgé Martín acaba de publicar 'La mujer de sombra', con el sadomasoquismo como telón de fondo. Entre otras críticas, fue catalogada como la «novela más violenta del autor». El escritor lo explica: «Con eso no se referían solo al sadomasoquismo, sino a asuntos como la pederastia, nítidamente violentas. Pero no me parece un error ligarlo. El sadomasoquismo implica violencia, no solo física, sino psicológica. Dominación, alienación, humillación, sometimiento. Todo eso es violencia. El que sea consentida le otorga fascinación, pero no le resta carácter violento. Todo esto muestra la hondura inabarcable de la sexualidad humana».

«Lo apasionante del sadomasoquismo -prosigue Martín-, literariamente hablando, es indagar cómo se pueden combinar y compatibilizar la ternura y la dominación. Yo no concibo el amor sin ternura, y me cuesta encajar la ternura en una relación de dominación. Ese filo de la navaja sentimental es fascinante. Quizá por eso muchos de los que tienen inclinaciones sadomasoquistas no las manifiestan con sus parejas, sino al margen de ellas».

El escritor considera que el sadomaso de '50 sombras de Grey' es como «de Disney: un teatrillo sexual en el que solo se manejan estereotipos. Hay gente (mujeres) que dicen que el éxito de la novela no tiene que ver con el sadomaso, sino con la atracción que produce su personaje masculino protagonista: al parecer sigue habiendo muchas mujeres que, como en la época de Corín Tellado, buscan príncipes ricos, guapos y poderosos con los que fantasear».

Dice la autora de 'Diario de una sumisa' que «la gente normal puede divertirse con la dominación-sumisión» y que «fomenta la buena comunicación en la pareja». La sexóloga le replica así: «Hay muchas formas de favorecer la comunicación sin llegar a esto. Venderlo como que es lo mejor de lo mejor y que si no te gusta eres un rollo... Pues no. No todo va a ser ahora que nos zumben en la cama».

TRES LIBROS

'50 sombras de Grey', de E. L. James. Describe la relación entre una graduada de la universidad y un joven magnate de negocios. Contiene escenas explícitamente eróticas, con prácticas sadomasoquistas.

'Diario de una sumisa', de Sophie Morgan. La autora narra de forma novelada y bajo seudónimo sus experiencias en el campo de la sumisión. También contiene escenas de sexo explícito.

'La mujer de sombra', de Luisgé Martín. Antes de morir, Guillermo confiesa a Eusebio que mantiene relaciones sadomasoquistas con una mujer. Eusebio decide buscarla para contarle que su amigo ha muerto. Y queda fascinado por ella.

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