“Cualquiera que sea tu historia, bienvenido. Has emprendido un largo viaje hacia la honestidad sexual y la revelación personal. Puede ser un camino arduo, pero es el único modo de conseguir lo que deseas. En el decurso, te parecerá que hay un montón desalentadoramente grande de conocimientos que aprender; no te deseanimes. El Amo más perverso del mundo, la Dómina más imaginativa, empezaron igual que tú hoy: curiosos, excitados y algo inseguros.”
Pat Califia,
“SM. Los secretos del sadomasoquismo”

miércoles, 18 de septiembre de 2013

La zona de sumisión - Elise Sutton

Tomado de: http://dominacionfemenina.blogspot.com.ar/2006/05/la-zona-de-sumisin-elise-sutton.html



La zona de sumisión es un estado de tranquilidad y, en cierto sentido, hipnotismo que se produce como consecuencia de la absoluta rendición de la voluntad humana. Los hombres sumisos alcanzan la zona de sumisión cuando rinden su voluntad y su poder ante la Mujer Dominante.

Cuando una Mujer domina a un hombre, independientemente que sea una dominación física o mental, existe una energía y un poder que ella libera. Esta energía implica y desea la sumisión del hombre y, cuando éste se rinde al poder que emana de la Mujer, entra en la zona de sumisión. A media que el hombre sumiso se deja llevar y se rinde ante la Mujer Dominante, desarma su conciencia y permite que su naturaleza sumisa sea liberada; lo que le provoca entrar en ese estado de tranquilidad, y casi hipnotismo, al que llamamos zona de sumisión.

La zona de sumisión es un estado de rendición incondicional en el que el poder de la Mujer es absoluto. Es una sensación mágica en la psicología masculina que le lleva a adorar a la Mujer con todo su espíritu. Es una sensación tan poderosa como bonita. Sólo un hombre que se despoje de su voluntad ante una Mujer y acceda a la zona de sumisión puede admirar a una Mujer en la plenitud de su belleza y gloria.

Analizo la zona de sumisión desde una perspectiva psicológica, no biológica. Los hombres masoquistas aseguran que llegan a la zona de sumisión a través de las endorfinas (1) que se liberan en el cerebro para contrarrestar el dolor.

No pongo en duda la reacción que provoca en un masoquista una subida de endorfinas; sin embargo, creo que su efecto refiere a una zona de sumisión diferente. Aun aceptando que un masoquista acceda así a la zona de sumisión, creo que la reacción se produce debido a la estimulación mental que experimenta al rendir su voluntad ante una Mujer Dominante.

La razón por la que no creo que exista una relación causa-efecto entre el dolor y la zona de sumisión es porque diferentes prácticas D/s pueden llevar al hombre a la zona de sumisión y, la mayoría de éstas prácticas, no implican dolor físico. No se tiene que ser masoquista para llegar a la zona de sumisión. La humillación puede llevar al sumiso a la zona de sumisión. La infidelidad consentida también. Y exactamente lo mismo se puede decir de prácticas como la sodomización con arnés, un nivel de disciplina más leve, la adoración corporal e, incluso, ver a una Mujer vestida con prendas fetichistas.

¿Qué tienen en común todas estas prácticas? La estimulación mental que provoca en el hombre rendir su voluntad ante una Mujer Dominante. En mi opinión, todos los hombres son capaces de llegar a la zona de sumisión si se dejan llevar y rinden su voluntad ante una Mujer Dominante.

Endorfina: Polipéptido, o tipo de moléculas formadas por la unión de más de diez aminoácidos mediante enlaces peptídicos, producido en el organismo como respuesta a varias situaciones; entre las cuales se encuentra el dolor. Se puede considerar que es un analgésico endógeno.

Su descubrimiento en 1975 fue la culminación de una búsqueda intencionada, poco antes se habían identificado receptores específicos para la morfina, puesto que la morfina es una sustancia exógena, por tanto generada fuera del organismo. Se razonó, acertadamente, que el organismo tenía estos receptores para una sustancia endógena, producida dentro del propio organismo. Ciertamente está relacionada con la génesis de otras emociones, sin embargo, las evidencias señalan que la principal función es en la modulación del dolor.

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