“Cualquiera que sea tu historia, bienvenido. Has emprendido un largo viaje hacia la honestidad sexual y la revelación personal. Puede ser un camino arduo, pero es el único modo de conseguir lo que deseas. En el decurso, te parecerá que hay un montón desalentadoramente grande de conocimientos que aprender; no te deseanimes. El Amo más perverso del mundo, la Dómina más imaginativa, empezaron igual que tú hoy: curiosos, excitados y algo inseguros.”
Pat Califia,
“SM. Los secretos del sadomasoquismo”

martes, 8 de octubre de 2013

Consejos de la revista GQ para practicar... BDSM??

Intento no irritarme con este tipo de artículos pero me cuesta un peru!!!!!! cada uno que disfrute a su manera pero la liviandad con que tratan las practicas BDSM me producen urticaria, después tenemos que aguantar cada salame que se presenta como Amo del Universo, Maestro de las artes bedesemeras solo por leer este tipo de consejitos de cuarta...



Tomado de:

http://www.revistagq.com/articulos/spanking-azote/18826

Tarde o temprano tenía que pasar. '50 sombras de Grey' ha caído en las garras de tu novia y ahora ya no se conforma con un breve misionero: quiere BDSM, es decir, bondage, dominación, sadismo y masoquismo. Todo ello en dosis moderadas y convenientemente descafeinadas. Como en la novela.

Y tú, bueno, digamos que no eres precisamente el Marqués de Sade. Es más, la sola visión de un rasguño te hace ver la noria. Don’t worry. Aquí nadie va a sangrar. Ni siquiera nos van a hacer falta látigos, lavativas, collares de perro, cadenas, pinzas de acero o suspensorios de látex.

Sólo vamos a darte unas nociones muy elementales de sado casero para que sorprendas a tu pareja. ¡Despierta el amo que hay en ti!

SPANKING

Ya lo dijo Jean Pierre Enard, “el azote es el mayor homenaje que se puede rendir a la más digna, más refinada y más generosa parte de la mujer: las nalgas”. Ahí van unos pequeños consejos para zurrar con fundamento:

1. Viste a la chica de colegiala. Así la transportarás a sus años mozos, cuando la señorita Rottenmeier le daba un cachete si era mala.

2. Ponla sobre tus rodillas. Si pesa más de 80 kilos, mejor deposítala en la cama, con un almohadón bajo el vientre para elevar salva sea la parte.

3. Empieza suave. Tienes entre manos unas posaderas, no un tambor. Así que trátalas como tal. Propínales golpes secos, a mano abierta, que suenen ¡plas! y escuezan con moderación.

4. Cambia el ritmo. Según vayan calentándose sus nalgas, pega más rápido. Luego para. Dale cinco azotes seguidos más cortos, otro duro, acaricia un poco para aliviar... La idea es variar, para que el culo no se acostumbre y su dueña se divierta.

5. Si se te cansa la mano puedes coger una zapatilla, una raqueta de ping pong, un cepillo del pelo o una vara inglesa. También puedes echarle cera (véase JUEGOS CON VELAS).

6. Culmina. Tras la azotaina, su culo estará ardiendo. Ahora ya es menester practicar lo que los sadomasoquistas llaman “sexo vainilla”. O sea, el viejo coito de toda la vida.

BONDAGE

“¿Cómo te puedes enamorar de un hombre que te ata a la pata de la cama?”, preguntaba Loles León a Vitoria Abril en '¡Átame!'. He aquí la respuesta:

1. Compra cuerda. Pongamos unos siete metros de cuerda de cáñamo suave, para empezar.

2. Si no tienes cuerda, apáñate con corbatas, medias, bufandas, esposas, cinta de embalar, cordones de zapatos, alambre... El caso es poder inmovilizar sus brazos y sus piernas.

3. No ates su cuello. Estamos jugando a bondage, no al ahorcado.

4. No aprietes mucho los nudos. Aplica la presión justa para amarrarla bien sin cortar la circulación de su sangre.

5. Juega con la chica. Sal de la habitación un rato dejándola atada, hazle cosquillas con plumas, dale cachetes (véase SPANKING), píntale palabras obscenas en el cuerpo y... bueno, si te empeñas puedes copular.

6. Pon a mano un cuchillo o unas tijeras. Tranquilo, que no vamos a sacrificar a nadie. Es por si tienes problemas para aflojar tus propios nudos y liberar a tu presa.

JUEGOS CON VELAS

“Aunque el tonto coja la vela, ésta se apaga y el tonto queda”, dice el refrán. Utilicemos, pues, las velas con sabiduría para excitar a nuestra partenaire.

1. Compra velas. Deja los cirios negros para los akelarres y los rojos para los puticlubs. Ten en cuenta que los colores oscuros arden a más temperatura y su cera hace mucha pupa. Confórmate, pues, con unas velitas blancas del Ikea.

2. Precaliéntalas. Tras encender las velas, espera que ardan unos minutos y que se forme cera. Mientras, puedes vendar los ojos de la chica para que sienta más y hasta atarla para que no se mueva al sentir el goteo (véase BONDAGE).

3. Gotea la cera. Pero no se la sueltes a bocajarro, so tarugo. Hazlo a unos 20 centímetros de distancia para que, por el camino, la cera se enfríe un poquito. Así calentará sin abrasar.

4. Alcanza los objetivos. Deja caer gotas de cera sobre su vientre, entre sus pechos, en sus piernas, espalda, pies, nalgas, cuello, espalada...

5. Evita su vagina y sus pezones, al menos al principio. Y tampoco gotees las zonas con vello: existen sistemas de depilación mucho menos dolorosos.

6. Remata la faena. Mira su reacción, su placer y su escozor y gotea sobre las zonas que a ella más le gusten. Cuando esté al rojo vivo, puedes llevarla a la cama.

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