La construcción de la masculinidad en la sociedad moderna asigna ciertos roles y prácticas propios de los hombres, y otros que serían impensables, uno de ellos, la exploración anal en hombre heterosexuales.
Charlie Glickman y Aisinn Emirzian, autores del libro The Ultimate Guide to Prostate Pleasure: Erotic Exploration for Men and Their Partners, (La última guía de placer en la próstata: Exploración erótica para hombres y sus parejas) proponen que la exploración anal en hombres heterosexuales puede ayudar a mejorar la seguridad en la propia masculinidad, derribar tabúes y construir una relación más próxima con sus parejas femeninas.
“La idea de que la penetración es un acto de dominación está casi con seguridad unida al sexismo y a la noción de que el papel de la mujer es inferior. Muchos hombres han absorbido estas ideas a nivel inconsciente. Incluso si un hombre no piensa en la dominación cuando penetra a su pareja (hombre o mujer), aún puede tener dudas cuando se trata de cambiar roles, porque teme que esto signifique perder su masculinidad si le toca ‘recibir’ en vez de ‘dar’”, afirman Glickman y Emirzian, según el portal de avantsex.com.
Estas ideas homofóbicas no existen solamente en el inconsciente de los hombres, sino también en el de las mujeres en una relación heterosexual: ¿qué pensarías si tu “macho” te pide que le metas un consolador por el ano? ¿Lo haría más atractivo frente a ti o pensarías que efectivamente está perdiendo sus atributos masculinos? ¿Te haría creer que él es gay en secreto?
Con todas estas dudas, los investigadores insisten en que lo mejor es la comunicación en las parejas.
Para Glickman, la exploración anal en hombres implica una transformación radical del sexo heterosexual.
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