“Cualquiera que sea tu historia, bienvenido. Has emprendido un largo viaje hacia la honestidad sexual y la revelación personal. Puede ser un camino arduo, pero es el único modo de conseguir lo que deseas. En el decurso, te parecerá que hay un montón desalentadoramente grande de conocimientos que aprender; no te deseanimes. El Amo más perverso del mundo, la Dómina más imaginativa, empezaron igual que tú hoy: curiosos, excitados y algo inseguros.”
Pat Califia,
“SM. Los secretos del sadomasoquismo”

viernes, 3 de marzo de 2017

Excelente nota! Sexólogos y expertos en sadomasoquismo explican las claves para poder llevar a cabo estas prácticas en la intimidad



¿Es seguro practicar sexo como los protagonistas de ‘50 sombras más oscuras’?
Autora: Guillermina Torresi

“Me gusta que te duela, te recordará que solo yo he estado ahí”. Con esta frase podríamos definir 50 sombras más oscuras. La saga de novelas ha hecho que la sumisión y el sadomasoquismo entre en los hogares más corrientes. Las cuerdas, esposas y antifaces empiezan a colarse en las habitaciones de parejas que quieren ser los nuevos Grey y Anastasia.

El desconocimiento de estos juegos ha ocasionado lesiones y preocupación por parte de médicos y bomberos, pero apagar la llama de la curiosidad no es fácil y el deseo de descubrir hasta dónde somos capaces de llegar es imparable, pero ¿qué debemos saber para empezar a practicarlo?

Carme Sánchez, co-directora del Instituto de Sexología de Barcelona nos aclara las dudas. Para empezar, hay “diferenciar entre el trastorno y las prácticas sexuales que determinadas parejas introducen como juego en sus relaciones con el fin de innovar”. En el trastorno, el individuo solo puede obtener placer exclusivamente a través de la dominación, la violencia, la agresividad o bien al contrario, al sentirse humillado y maltratado.

Diferente es cuando se trata de una experimentación personal. El Director Clínico del Instituto de Madrid de Sexología, Héctor Galván, explica que esta práctica está de moda: “Para el 25% de las personas es sexualmente excitante proporcionar o recibir pequeñas agresiones cariñosas o someterse voluntariamente a ciertas fantasías de dominación/sumisión, por lo que existe cierto componente sádico en la sexualidad normal”.

El sadomasoquismo se basa en interpretar el dolor como algo placentero: “La relación entre placer y dolor es compleja”, apunta Sánchez, “en algunos puntos se conectan, por ejemplo, en la generación de endorfinas”. El Dr. Galván explica que estas endorfinas son “unos opiáceos naturales de los que se sirve nuestro sistema nervioso para contrarrestar el dolor y el miedo”.

Todas las prácticas de sadomasoquismo se basan en cuatro principios básicos: voluntariedad, confianza, responsabilidad y comunicación. Los juegos más avanzados requieren de un aprendizaje de la mano de personas especialistas para evitar incidentes desagradables y también una enorme comprensión dentro de la pareja: entender cuándo se debe parar, las señales de agrado, detectar cómo se siente la otra persona...

“Es fundamental informarse bien y buscar grupos que faciliten la introducción al sadomasoquismo de una manera segura”, explica Sánchez, y añade: “Tanto si se adopta el rol de sumiso como dominante se debe hacer con una persona experimentada”.

Amarna Miller no opina igual, la actriz de cine para adultos explica que para adentrarse en estas prácticas “no es estrictamente necesario hacerlo con alguien experimentado, lo que sí es importante es informarse”. Para ello existen muchos medios: “Cuando yo lo practiqué lo hice por mi cuenta, a través de internet y libros, informándome sobre cuáles eran las mejores prácticas para empezar o hasta qué punto había que llegar”.

Entre las prácticas básicas del sadomasoquismo se encuentran: atar e inmovilizar (conocido como bondage), el vendaje de ojos y mordazas, las escenas de sumisión/dominación, órdenes y protocolos y juegos de impacto como azotes con objetos, pinzas o spanking (golpear con la mano desnuda).

El Dr. Héctor Galván le añade una perspectiva positiva a la práctica: “La mayoría de personas que practican el sadismo lo hacen dentro del respeto por la otra persona, no sufren ningún deterioro personal a consecuencia de estas conductas”. Además, anima a aquellos que vayan a iniciarse explicando que “esta práctica no representa ninguna alteración anormal o dañina de la sexualidad, mientras forme parte de un amplio conjunto de estímulos que satisfagan a la persona”.

Alberto Moral es experto en el arte del shibari. Este bondage de estilo japonés consiste en atar a una persona siguiendo unos estilos y técnicas concretas. Moral expresa que “es esencial estudiar este arte con un buen profesor y trabajar en un ambiente controlado porque ayuda a saber qué precauciones se han de tomar para minimizar los riesgos y potenciar los aspectos positivos de la práctica”. El estudio previo y el aprendizaje es indispensable porque el shibari, según Moral, “puede causar lesiones y nadie, ni siquiera los que llevan años practicándolo, están exentos de ese peligro”.

Amarna Miller explica que el BDSM (siglas de la práctica sexual que recoge pares de palabras: Bondage y Disciplina; Dominación y Sumisión; y Sadismo y Masoquismo) debe cumplir con tres puntos relacionados con todas las prácticas sexuales extremas: ha de ser sano, seguro y consensuado. “Si no es así no se debe practicar”.

Algo en lo que coinciden todos los consultados es que “es muy importante poner las prácticas alternativas sobre la mesa porque a la larga es bueno”. De hecho, la saga de novelas cumple este propósito: “Los libros y su adaptación han hecho eliminar los tabúes y la convencionalidad en la sexualidad de muchas mujeres”, comenta Carme Sánchez. Sin embargo apunta que la película “reproduce los viejos esquemas de una relación desigual tanto social como sexual a través de una protagonista que acaba plegándose a los deseos de un hombre”.

Amarna Miller apunta en esta línea que “nosotros vivimos en una sociedad hetero patriarcal y tiene mucho sentido que nuestras fantasías sean reflejo de ella, por ello es normal que nuestros deseos tengan un componente de este tipo en el cual la figura masculina cumple un rol de poder”. En cuanto a 50 sombras de Grey, Miller la critica porque “esta película presenta el BDSM como un problema patológico, como si fuera algo negativo”.

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