“Cualquiera que sea tu historia, bienvenido. Has emprendido un largo viaje hacia la honestidad sexual y la revelación personal. Puede ser un camino arduo, pero es el único modo de conseguir lo que deseas. En el decurso, te parecerá que hay un montón desalentadoramente grande de conocimientos que aprender; no te deseanimes. El Amo más perverso del mundo, la Dómina más imaginativa, empezaron igual que tú hoy: curiosos, excitados y algo inseguros.”
Pat Califia,
“SM. Los secretos del sadomasoquismo”

martes, 11 de septiembre de 2012

La mala imagen del BDSM


A pesar del avance en la apertura mental de las personas que se ha dado en las ultimas decadas los prejuicios sobre lo sexual siguen siendo grandes.

El BDSM esta visto como algo que hace gente rara, loquita, anormal y si, quizas haya algunos asi como en todos los ambitos de la vida pero quienes lo vivimos como un estilo de vida lo hacemos plenamente concientes y en concenso con nuestros gustos y formas de pensar. No somos ni mejores ni peores, si, quizas, con gustos diferentes al resto.

Otra imagen muy difundida es que todos se visten de latex, de cuero y que andan con un latigo en la mano... (nada mas lejos de la realidad en nuestra pareja por lo menos) , la teatralidad que conlleva esas formas de vestimentan se usan generalemente en las reuniones pero no en la vida diaria.

Tampoco es verdad que el Dominante sea alguien de mala cara y que te ladra todo el tiempo, o que te da ordenes como un dictador (aunque hay algunos así por supuesto ya que hay de todo en la viña del Señor jeje). El Dominante (el ideal) es una persona justa, de buen carácter, que domina por su forma de ser y por su actitud, no por poner cara de perro.

Otra idea que se tiene es que la sumisa es una persona docil, sin carácter, ni voluntad, que se deja zamarrear por la vida y que hace lo que todos le dicen calladita la boca y con la cabeza gacha... quizas haya personas asi pero puedo asegurarles que yo no... solo mi Dueño puede decirme que hacer y solo porque yo lo acepte como mi Señor y le di mi voluntad para que la dirija a su gusto y placer poniendo toda mi confianza y amor en sus manos.

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