“Cualquiera que sea tu historia, bienvenido. Has emprendido un largo viaje hacia la honestidad sexual y la revelación personal. Puede ser un camino arduo, pero es el único modo de conseguir lo que deseas. En el decurso, te parecerá que hay un montón desalentadoramente grande de conocimientos que aprender; no te deseanimes. El Amo más perverso del mundo, la Dómina más imaginativa, empezaron igual que tú hoy: curiosos, excitados y algo inseguros.”
Pat Califia,
“SM. Los secretos del sadomasoquismo”

sábado, 11 de junio de 2016

El Valor Del Dolor En El Sadomasoquismo

Autor:  Tesista Kamila Ewa Donajska


Resumen 

Este trabajo consistió en explorar el valor atribuido al dolor en las prácticas sadomasoquistas desde la perspectiva de los propios autores. Se aplicó entrevistas semiestructuradas a personas de la República Argentina, mayores de edad con estas inclinaciones, en las redes sociales. Se distinguió dos grupos, uno compuesto de personas pertenecientes a la cultura BDSM, y otro exterior a ellas. A partir de las categorías de análisis (sadomasoquismo, dolor, relaciones sexuales, placer y goce) se indagó el valor que adquiere el dolor en diferentes sujetos con estas características y se comparó las enunciaciones para ampliar el conocimiento sobre el tema a partir de las diversas escuelas psicoanalíticas tomadas como base. A partir del resultado del análisis de datos, el dolor adquirió un valor relativo en cuanto a la importancia e intensidad del mismo, por factores fisiológicos y psicológicos particulares en cada sujeto. El rasgo común en todas las respuestas definió el valor del dolor como relativo a la escenificación de las relaciones de poder erotizadas. Se consideró la teoría lacaniana para interpretar los fantasmas que aparecen en el juego de poder de dominación y sumisión en el sadomasoquismo que ocultan el verdadero significado del goce que produce la repetición de la búsqueda de dolor


Conclusiones 

El objetivo de la presente investigación fue explorar el valor atribuido al dolor en las prácticas sadomasoquistas desde la perspectiva de los propios actores. Se ha comenzado con el estudio de las distintas vertientes psicoanalíticas que han adscrito al dolor diversas concepciones y características particulares a lo largo de los años, a partir de un amplio trabajo en la clínica. Sigmund Freud es el primer psicoanalista que se ha dedicado exhaustivamente a la temática del sadomasoquismo, retomando el término sadismo y masoquismo de la sexología. Su principal aporte es la introducción de la pulsión de muerte como novedad en su teoría. Sin embargo, el sadomasoquismo es reelaborado por los postfreudianos que lo consideran inherente a la pulsión de muerte, o que la descalifican por la falta de pruebas consistentes en los análisis. De esta manera vuelven a ahondar el tema dando lugar a las distintas perspectivas sobre la relación entre dolor y placer. Wilhelm Stekel considera el dolor como una de las formas posibles mediante las cuales el sujeto se libera de las resistencias internas. El principal componente de su teoría, que concierne al presente trabajo, se basa en que el dolor es acompañado por afecto en la escena específica transformándolo en placer. Hay una predisposición al odio que puede ser reforzada o apaciguada a partir de las enseñanzas. Wilhelm Reich, cree que el dolor no produce placer. Los masoquistas demandan un excesivo cariño, encubriéndolo bajo un disfraz caracterológico. El dolor no es más que erotismo epidérmico, necesidad de contacto. Theodor Reik amplía la teoría freudiana incluyendo nuevos elementos. En el sadomasoquismo la meta es la búsqueda del placer mediante un desvío, anticipándose al castigo fantaseado para apaciguar la ansiedad que genera. No obstante, luego de la pluralidad teórica originada y constantes debates, Jacques Lacan retoma el concepto de pulsión de muerte y reformula su teoría dándole una nueva y más completa perspectiva a partir su objeto a. 109 Luego de un trabajo de campo minucioso y del análisis de los datos obtenidos, se puede concluir que, a pesar de los limites impuestos por la complejidad temática, y la importancia de la presencia del dolor absolutamente relativa debido tanto a los aspectos físicos como subjetivos del mismo, aparecen ciertos componentes en común en las entrevistas realizadas. Los factores psicológicos tienen una importante influencia en la manera que se experimenta el dolor y junto con la tolerancia de la intensidad del mismo, cada persona que tiene inclinaciones sadomasoquistas es un caso singular en relación al grado y al tipo de elementos y partes del cuerpo que prefiere para infligir o que le inflijan dolor. Aunque puede realizarse como un componente complementario del acto sexual, no está exclusivamente ligado a él. El dolor produce placer en la medida que esta sujeto a ciertos afectos o relaciones de poder. En las prácticas sadomasoquistas un punto fundamental es el abandono de lo genital como lugar esencial de la sexualidad. En todos los sujetos coincide la puesta en escena como juego de las relaciones de poder como rasgo fundamental de las prácticas. El dolor aumenta la excitación sexual, o trae satisfacción por sí mismo, porque es un elemento que refleja esta situación de poder, por lo tanto puede ser particularmente importante pero no imprescindible. Para las personas que tienen prácticas sadomasoquistas, el dolor manifiesta la erotización del poder que entra en juego en las relaciones estratégicas. Esto se hace posible ya que ambos roles (dominante y sumiso) tienen la posibilidad de imponer sus propias pautas y límites que los mantienen al borde del peligro real. Esta “agresión lúdica” puede alcanzar niveles extremos porque la confianza, basada en reglas explícitas o implícitas, borra el miedo al peligro y permite el despliegue del goce. Esto se refuerza, también, por la posibilidad del intercambio de roles. Además, en los datos obtenidos, se pudo inferir en cierto grado las conjeturas lacanianas, sobre todo en relación al fantasma, apareciendo en el discurso el sujeto, en el masoquista, haciéndose objeto de desecho subordinado y sometido al goce del orden del Otro; y, en el sadista como objeto/instrumento que hace la Ley del Otro. Por último, se hace preciso aclarar que no fue posible inferir diferencias entre las respuestas entre hombres y mujeres debido a la falta de entrevistas femeninas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario